El cobre es un material moderno desde hace miles de años

La versatilidad del cobre, también llamado “metal rojo”, es algo que está fuera de toda duda. Aunque no nos demos cuenta, lo tenemos presente a diario en muchas más facetas de las que imaginamos: desde la elaboración de nuestros aparatos electrónicos hasta el cableado eléctrico y telefónico, pasando, incluso, por las propias paredes que nos rodean. Se trata de algo difícil de concebir teniendo en cuenta que comenzó a utilizarse hace nada menos que 10.000 años, según los registros históricos de los que tenemos constancia.

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Las propiedades del cobre siguen inalterables incluso después de todo este tiempo, algo que no todos los materiales pueden decir. En lo referente a los sistemas de calefacción, se ha empleado tradicionalmente para la fabricación del entramado de tuberías, debido a su durabilidad y a su capacidad para el ahorro energético. Puesto que el cobre no es inflamable ni despide ninguna clase de gas nocivo, también son mucho más seguros en caso de un fallo del aparato.

Otro aspecto que no todo el mundo conoce es la salubridad de las cañerías de cobre, muy por encima, por supuesto, de las de plomo. Los gérmenes no encuentran un entorno de cultivo favorable en el agua que pasa por tubos de cobre, y por ello, según demuestran los análisis, hay un 99% menos de agentes patógenos en ella dentro de estas condiciones.

Ha sido tradicionalmente empleado en la construcción, como comentamos al inicio, a causa de su mayor resistencia a la corrosión de los agentes externos. El mantenimiento que precisa, por tanto, es muy pequeño.

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