Antes, en tiempos antiguos, las velas únicamente jugaban un papel nada menor, pero poco creativo, debido a que solo se pensaba en ellas con el mero fin de iluminar determinados lugares y ambientes. Pues bien, ahora sabemos que eso no es lo único que pueden lograr elementos como las velas en nuestra decoración; son símbolos de elegancia y según la decoración que tiene como referente al Ying y el Yang, el efecto de las velas tiene una energía muy potente que logra acabar con la negatividad propia de uno de estos dos elementos, el Yang.
A esta concepción ha ayudado el hecho de que hoy en día pueden conseguirse velas de todos los colores y formas que uno pueda imaginar, y cada una de ellas tiene un significado: las triangulares son las que representan el equilibrio y la totalidad del universo, mientras que las redondas suelen ser vistas como un signo de perfección desde una visión mística. Puestas en una formación desde la más grande a la más pequeña, puede lograrse un gracioso efecto.
Por otro lado, las velas cuadradas son aptas para realizar formas geométricas como pirámides, lo que lograremos colocando una sobre otra. Otra opción para lograr esta forma es simplemente adquirir las velas que ya vienen con forma de pirámide.
Por otro lado, será importante el lugar en donde ubiquemos cada vela, para que cada una pueda resaltar, y al mismo tiempo resaltarse de la mejor manera. Si queremos decorar una casa grande, lo mejor será colocar velas en todos los ambientes. Para innovar un poco, pueden utilizarse las velas líquidas que dan un matiz de misterio a la casa, y por otro lado, también es un buen detalle el colocar velas individuales en cada escalón de la escalera.
En el caso de querer adornar el comedor o el salón, pueden utilizarse candelabros: los modelos antiguos darán clasicismo y glamour y los más modernos pueden colocarse tanto en la pared como así también existen varios de pie.
