Cuando estamos en plena decoración del hogar, queremos que todo luzca como nuevo. Lo limpiamos, lo volvemos a limpiar… Una y otra vez hasta el hartazgo. Queremos que nuestro hogar se vea tan pulcro como el castillo del Rey Arturo o el Palacio de Hofburg. Pero más allá de las apariencias, lo vital del nuestro hogar es que sea cómodo para vivir y que nuestra estadía allí sea lo más confortable posible…
Claro, qué importa que todo esté reluciente si no nos sentimos a gusto e incómodos en nuestra propia sala o en la cocina. Esto pasa muy a menudo con las personas que se acaban de cambiar de apartamento y se preocupan más por que se vea bonito que por su propio confort. Entonces nosotros no debemos dejar que esto pase y debemos ocuparnos de ofrecer las sillas y sillones más confortables que encontremos en el mercado, porque de ellas depende que nuestras cenas, nuestros ratos de ocio, nuestras charlas con amigos sean especiales y sobre todo, no se conviertan en una tortura.
En el caso de las sillas es muy importante elegir, además d un bonito diseño, sillas que sean cómodas, con respaldo alto y fuerte y con una parte acolchonada y suave para sentarnos. No hay nada peor que comer incómodos. En este caso podemos elegir sillas de color blanco o de tonalidades claras, acorde con la amalgama de colores de la cocina.
Por el lado de los sillones, deben ser espaciosos, con muchos cojines para acrecentar la comodidad. De esta manera, podremos disfrutar de grandes charlas, de programas de TV o de un buen libro sin que el cuerpo note el menor dolor o molestia. ¿Colores? Siempre es bueno sorprender con los sillones, y no solo por el diseño. Violeta y naranja son dos opciones de fábula.
