Un cuadro, ese toque distinto que nos faltaba

Cuadros en el hogar

Como venimos repitiendo en las últimas entregas, los pequeños detalles son los que hacen realmente la diferencia. Claro que cambiar de pies a cabeza también es una buena opción. Pero en los tiempos de crisis es mejor no entrar en grandes empresas, para no tener gastos desmedidos innecesarios. Y lo más recomendable, sin dudas, es ingresar en el mundo de los detalles, de los accesorios, aquellos que nos sorprenderán por el toque distinto que le brindarán a nuestras habitaciones…

Y dentro de estos pequeños detalles no podemos dejar de lado a los cuadros. Ya hablamos de las velas, de los cojines y de otros elementos. Pero hoy nos centraremos en los mencionados cuadros. Estos, además, son ideales para tapar cualquier tipo de desperfecto, mancha o quebradura que presente la pared. De esa manera, mataremos dos pájaros de un tiro…

Volviendo al tema central, si tenemos una pequeña sala, lo mejor es no colgar grandes cuadros, sino uno de mediano tamaño o, una saga de tres o cuatro, relacionados entre sí. Si en nuestra sala predomina en color blanco, lo ideal es optar por cuadras abstractos, de color bien fuertes y definidos. En cambio, si tenemos sillones de colores vivos, al igual que la pared, lo mejor es tener cuadros en blanco y negro… En el caso de que nuestra sala sea espaciosa, lo mejor es elegir un bonito cuadro, que realmente nos enamore, de grandes medidas, para que se luzca y sea el protagonista de la sala. Así, tendremos un toque de distinción único…

Claro que estos compañeros del diseño y la decoración también nos servirán para las demás habitaciones. A los niños les encantará ver su habitación plagada de cuadros, con motivos que tengan que ver con sus gustos: deportes, personajes de TV o paisajes bonitos. ¡Manos a la obra!

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